Morir como un delfín en Carreño

El cuerpo del delfín listado que apareció el martes en la playa de Huelgues, en la parroquia de Perlora, volvió a verse dos días después en la playa de Palmera en Candás. En la primera ocasión los vecinos dieron aviso a la policía municipal de Carreño; pero el cuerpo no se retiró de la playa y fue dando tumbos por la costa, con el riesgo y las molestias que suponen decenas de kilos de carne y grasa en descomposición; además de quedar con la duda de saber si las autoridades se tomaron en serio la investigación de las causas de la muerte del delfín. Esto no hubiera pasado en las playas del Mediterráneo. El año pasado, en la comunidad valenciana, se puso en marcha un protocolo para investigar las causas de la muerte de los cetáceos que varaban en sus costas. Aquí las autoridades ni tan si quiera se molestan en evitar el triste espectáculo a los bañistas. Triste destino tienen los delfines del Cantábrico, pudrirse de playa en playa entre zapatos, compresas usadas y condones grisáceos.

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